En Wuhan no hay mucho que ver. Así que cada año, a principios de la primavera, cuando los cerezos de la universidad se ponen en flor se desata la locura.
Es un verdadero acontecimiento. En esos días no se habla de otra cosa, los vecinos en el ascensor cambian la habitual pregunta de ¿has comido ya? por ¿has ido ya a ver los cerezos en flor?
Parece como si la ciudad entera pasara por aquel lugar para ver las efímeras florecillas y hacerse la foto que demuestre que también ellos estuvieron allí.